Jésica López

Por Lassla Esquivel

Publicado en Nylon México

El arte es desechable y aún así trasciende. ¿Puede sonar lógico? Hoy todo es arte. Incluso una hoja de papel post-it se convierte en una obra de arte. Veámos la obra de Jésica López.

Esta chica regiomontana a sus 30 años ha logrado tener una importante presencia no solamente dentro de nuestro país sino alrededor del mundo. Su obra tiene muchas características por las cuales podemos calificarla como una promesa del arte contemporáneo en México. Su atrevida técnica, la calidad en su pintura y un dibujo impecable; pero Jésica nos deja identificarnos con su obra más allá de este tipo de virtudes artísticas.

La cultura visual nos envuelve, se ha vuelto nuestra realidad. Aquéllas imágenes en los medios son en el pan de cada día; Jésica las toma, las separa y hace su propia versión. Convierte esos íconos populares e ideales de nuestra vida diaria en un objeto portátil y personal.

Ahora cualquier estrella de rock, la chica trendy, el diseñador más hip o el chico más guapo de la colonia está en una hoja post-it convertida en una obra de arte; y además puede pertenecernos. Jésica nos deja acercarnos cara a cara con nuestro ídolo favorito o fetiche predilecto. Los saca del lugar al que pertenecen y sin el glamour de la mercadotecnia nos enfrenta con ellos uno a uno.
Así fue como surgió una de sus primeras series: 101 Formas para dejar de pensar en Vos. Inspirada en fotos y personajes que en su mayoría aparecieron en una de las ediciones de Nylon US en 2003.

La idea inicial de esta serie eran retratos de gran tamaño en óleo de chicas que estuvieran a su alrededor, que fueran cercanas a ella como sus amigas, y fotografiarlas. Sin embargo, la falta de recursos la llevo a experimentar una nueva práctica. No buscaba encontrar el hilo negro; sólo buscó resolver sus problemas técnicos de falta de presupuesto y materiales para pintar. Jésica usó lo que tenía a la mano: Acrílicos, un block de hojas post-it y su revista Nylon NY. Así es como surgieron 101 piezas de arte que reflejan 101 distintos tipos de mujer contemporánea.

Retratos en miniatura, con hiper-detalle, pinceladas acuareladas de mucho color. Cada pieza tiene su toque particular y su encanto visual, pero el conjunto de post-its tiene un resultado espeluznante en grupo. Es evidente su gran dominio del pincel, del dibujo y de cada personaje que retrata. Incluso para la misma artista fue una sorpresa enfrentarse con todas las piezas a la vez. El trabajo de cada una es independiente y muy personal, pero como serie tiene un enorme impacto además de gran congruencia.

A últimas fechas, su nuevo reto son grandes pliegos de papel bond donde lleva a gran escala esos cuestionamientos con los que empezó en sus pequeñas post-its; sin dejar a un lado por supuesto, estas fantásticas miniaturas.

El trabajo de Jésica gira alrededor de la mujer, su papel en la sociedad y en la cultura popular. Sus referencias son todo lo que ella misma consume, lo que los otros consumen y lo que se hace con ello: desde la comida, los quehaceres, el tiempo. El cine, música, videos, revistas, la TV, libros buenos, otros no tan buenos, el arte mismo. La moda es una de sus principales fuentes de inspiración. Parte fundamental de su trabajo, en sus propias palabras, es su admiración por grandes personajes: artistas como Sophie Calle, Elizabeth Peyton, Tracey Emin, Matthew Barney; fotógrafos de la talla de Juerguen Teller; pensadores como Deleuze & Guattari, Bataille, Michael Foucault; y claro no podían faltar los gurú de la moda como Dolce & Gabbana, Marc Jacobs, Prada, Sisley; ni tampoco aquellas estrellas del show business como Eve Lilly, Feist, Nina Simone, entre muchos más.

Jésica López hace su objeto de estudio la vida consumista en la que ella y todos nosotros estamos sumergidos. El discurso de su obra es una invitación a desvanecer la delgada línea que divide lo desechable de la cultura de masas en la que vivimos y la trascendencia del arte culto. Lo sagrado y lo profano de nuestra época como uno mismo.